Descripción del declive de Ortiz, un pueblo en los
llanos centrales del país, debido a las continuas muertes por epidemias de
malaria y la emigración de sus habitantes hacia las grandes ciudades y las
zonas de producción petrolera. La novela ilustra el proceso en el que pueblos
latinoamericanos sometidos a intereses externos.
Título:
Casas Muertas
Autor:
Miguel Otero Silva
Editorial:
Oveja Negra
Año de
publicación: 1985
De por
qué Casas Muertas es asignatura pendiente
¡Qué
espanto Dios Mío! - Dijo Doña Carmelita
¡Qué
espanto! - Respondió Carmen Rosa
Con estas líneas cierra una de las obras más
emblemáticas de la literatura venezolana, galardonada con el Premio Nacional de Literatura (1955-1956 ) de la pluma de Miguel
Otero Silva, profuso escritor venezolano, poeta, novelista, y fundador del Periódico El Nacional,
Ambientada en las primeras décadas del siglo 20, en
Casas Muertas el lector obtiene una radiografía socio - histórica de la
Venezuela del período comprendido entre los años 1917-1939. Represión, presos
políticos, clandestinidad, enfermedades, muerte y pueblos desolados por las
migraciones internas en busca del progreso y la vida impregnan las páginas y
calles del pueblo de Ortíz, donde se desarrolla la historia; pero también nos topamos con: tradición, inocencia,
valores de nuestras gentes sencillas, ideales, y esperanzas que emergen de
personajes tan encantadores como HUMANOS (sí en mayúsculas), que en ocasiones dan
la impresión de estar a punto de caerse a pedazos, como esas casas muertas en
ese pueblo de espantos.
La obra está escrita en un lenguaje sencillo pero
de gran profundidad, que recrea y va
dando vida a personajes que representan
fielmente el gentilicio de nuestros pueblos, todo lo cual hace fácil la identificacion por parte del
lector de cualquier edad .
¿Y el amor? Claro que hay amor, el autor no nos
priva de ese necesario componente, como buen conocedor del gancho literario que
otorga este aderezo a toda novela. Sí, definitivamente
mención especial y recomendación máxima merece
la historia de amor que atraviesa la obra, la cual parece un sorbo de
agua en un desierto de penurias, muertes y enfermedades, vivida por los protagonistas – Sebastian y
Carmen Rosa- desde la más tierna inocencia y entrega, bajo la sombra de un cotoperí.
Es precisamente Carmen Rosa, la figura central de
la novela Casas Muertas, a través de la
cual se teje la historia, se conectan los personajes, se escuchan los relatos del pasado de la Flor de los
Llanos, y de la capital del Guárico, se vive el amor y también la muerte ; es a través de ella, como
vemos la fuerza emerger de una mujer en un contexto donde lo que resta es
esperar a que te llegue la muerte, este poderoso fragmento es muestra de ello.
Carmen
Rosa no estaba dispuesta a derrumbarse con las últimas casas de Ortiz,
Qué
vamos hacer nosotras en oriente hija/ dijo doña Carmelita a Carmen Rosa/ aquí
nacimos y aquí moriremos como todos… somos dos pobres mujeres infelices, solas
y resignadas.
¡Resignadas
no mamá yo todavía no estoy resignada!
Figura femenina de gran fuerza y belleza es sin
duda Carmen Rosa, tanto así que el mismo autor cual enamorado; la toma para su próxima novela, pero de ello les comentaré próximamente.
Sobre el autor
Miguel Otero Silva (26 de octubre de 1908 - 28 de
agosto de 1985), fue un escritor, periodista, humorista y político venezolano.
Como figura de gran referencia en la literatura venezolana, sus obras
literarias y periodísticas estaban estrictamente relacionadas con la historia
social y política de Venezuela. Antes del establecimiento de la democracia en
1958, fue forzado repetidamente al exilio; después, fue elegido al Senado
venezolano. Nacido en Barcelona, Estado Anzoátegui, se trasladó a Caracas a muy
temprana edad, para estudiar en el Liceo Caracas. Aplicó a la Universidad
Central de Venezuela para estudios de ingeniería civil. Durante este tiempo,
desarrolla su actividad literaria temprana, escribiendo para revistas y
periódicos, como Élite y Fantoches, y otras publicaciones universitarias,
además de entrar en el periodismo.
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